22 enero 2008

En la recta final…


Mientras más se acerca “el gran día” más síntomas nuevos aparecen. Aquellas “contraccioncitas” ahora son fuertes, la barriga –que parece haberse duplicado y está bastante baja- se pone como de piedra y Pablo se “engrincha”. A veces se vuelve como loco y se mueve mucho y con energía; hasta ahora he podido calmarlo con caricias o dejando correr agua tibia sobre la barriga mientras me ducho –el mejor complemento al baño tibio es un gel relajante que me regaló Adriana que lo deja rendido-.

Mis pies, que son bastante menudos, más de una vez se han transformado en “paticas de oso” gorditas y molestan un poco; lo mejor es alternar las posiciones –un ratico sentada, otro acostada- y para dormir colocarlos sobre una almohada para que estén un poquito más arriba que el resto del cuerpo. También se han endurecido las piernas de arriba abajo y cuando pasa es necesario sentarse o echarse.

Ahora también noto una extraña presión en las caderas, ráfagas de calor cuando los demás tienen frío, pérdida del aliento al hacer el mínimo esfuerzo, puntadas en el vientre si levanto peso y como si la fuerza de gravedad es mayor y me atrae sin piedad alguna. Como de a poquito porque la panza presiona el estómago y me lleno muy rápido. Duermo bien, pero no hay una vez en la que cambie de posición y no me suene un hueso.

En resumen: soy un mamífero hembra a punto de dar a luz.

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