08 julio 2013

Causas, efectos y afectos

Cuando los niños comienzan a hablar, comienza también una serie ilimitada de preguntas que, con el correr del tiempo, se van haciendo más sofisticadas. Al principio, ¿qué eso? ¿dónde está?; luego, ¿por qué? ¿para qué?; ahora, ¿de donde viene? ¿qué tiene adentro? ¿y más adentro? ¿qué quiere decir?. Supongo que así seguiremos durante un buen tiempo.

A la par de las interrogantes, hay opiniones y comentarios. Pablo es un niño curioso, interesado en saber y conocer y con muchas ganas de ser parte de todo; no le hace falta invitación para sumarse a cualquier cosa que esté ocurriendo en casa, sea cocinar o ver una película en familia, ni para dar su opinión. Y ahí es cuando se convierte en un proceso mutuo. Como somos grandes conversadores, pues todo fluye muy bien.

Cada una de sus intervenciones espontáneas vienen seguidas de un "por qué" mío. Así como la vida despierta su curiosidad, sus ideas e interpretaciones despiertan la mía y mis ganas de comprender más su pequeño cerebro. Cada vez que "declara" algo que traspasa la línea de la normalidad intento entender la razón, su razón, y eso ocurre a diario. 

En estos días estoy participando en una actividad llamada #30DíasDibujando. Es una idea de Psiquearte que consiste en dibujar el "reto" que plantean cada noche, durante un mes. No estoy segura de si es esa su finalidad, pero es muy divertido y relajante. 

El reto #4 fue dibujar Mis vacaciones en otro planeta, el dibujo de arriba. Lo terminé y fui a enseñárselo a JJ; Pablo estaba allí. "¿Estás en el espacio, mamá?". Sí. "¡Ese dibujo es feo!". Lo miré, nos miramos todos. ¿Por qué, Pablo? "¡Porque no estamos papá y yo!". Ah, pero si ese es solo un pedacito del planeta, más allá están ustedes. "Bueno, tienes que dibujarnos".

El día anterior pasó algo similar. El reto #3 era hacer "un dibujo que sana". ¿Qué mejor para mis heridas que el mismo Pablo? Llegó cuando lo estaba dibujando. "¿Y tú dónde estás? Te tienes que hacer". Le dije que lo estaba haciendo así porque era para una actividad y le prometí que luego me haría; se quedó tranquilo y quiso escribirle algo para ayudarme.

Estos son episodios sencillos en apariencia, pero  hablan mucho de sus sentimientos, intereses, necesidades y afectos. Aún no he hecho ninguno de los dibujos, pero de esta semana no pasa. Su memoria es infalible.