02 octubre 2007

Música y estimulación


¿Qué tanto se debe estimular al bebé durante su estadía en el útero? Esa es una pregunta que me ha venido a la cabeza más de una vez desde que supe que Pablo venía en camino y al final, he terminado sacando mis propias conclusiones. Si bien es cierto que es importante regalarle sonidos y sensaciones, también creo que no es bueno excederse.

Gracias a la cantidad de recursos con los que contamos en estos tiempos, son muchas las madres que se arman con un arsenal de herramientas para estimular a sus bebés durante la gestación. Lamparitas, linternas, cornetitas y los infaltables discos “For Babies” son algunos de los tantos instrumentos con los que se pretende despertar y estimular los sentidos del pequeño.

El problema viene cuando se les va la mano y pasan día y noche jugando con el pobre crío y ya de niño termina siendo demasiado alborotado o hiperactivo, incluso, incontrolable; algunos también asocian el déficit de atención al exceso de excitación en el útero. Esto tampoco quiere decir que cada bebé estimulado en el vientre por su madre se convertirá en un pequeño monstruo, son casos extremos.

Quizás la forma de estimular al bebé tiene que ver con la personalidad de los padres. En nuestro caso no le faltan caricias, conversaciones y besos de su papá –especialmente al levantarse y antes de dormir-. También, tomando en cuenta los gustos de papá y mamá, algo que siempre lo acompaña es la música, pues es un sonido habitual en nuestra casa.

Nuestro soundtrack particular
No hemos comprado ningún disco especial para bebés y creo que no lo haremos –nada de Mozart, Pink Floyd o The Beatles for Babies-; tampoco es que le ponemos rock’n roll a todo volumen –aunque Led Zeppelin o The Rolling Stones no le caen mal de vez en cuando-. En fin, no tenemos una selección musical especial para el momento, pero sí hay canciones o artistas que hemos escuchado mucho, sea por casualidad o porque es lo que nos provoca en esta etapa.

Definitivamente los 12 segundos de oscuridad de Jorge Drexler ha sido la melodía que ha caracterizado estos días –ya se lo debe saber de memoria-, ya que ambos padres estamos “pegados” con el disco. Si Jose está en casa, Pablo seguro escuchará algo de Air, Moon Safari, Depeche Mode o Fito, y si estoy solo yo, le toca Bebé, Radiohead –aunque no sea lo más esperanzador-, Gypsy Groove o Bunbury; a Calamaro y Cerati los escucha esté quien esté. Éstos sólo por mencionar algunos.

Más que el género que le pongamos a escuchar o la cantidad de veces que le hablemos al día, lo más importante es que cuente con un ambiente tranquilo y que sienta todo el amor y protección de sus padres. Creo que esa es la mejor estimulación, y Pablito la tiene.
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Imágenes: The Little Radiant Baby de Keith Haring.

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