22 octubre 2007

¡¿Antojos?!


Desde que uno tiene uso de razón, la primera imagen que viene a la mente cuando se piensa en una mujer embarazada, además de la gran barriga, es la de los inesperados caprichos a la hora –y deshora- de comer. Y es que, junto a náuseas y mareos, los antojos son los síntomas más populares del estado de gravidez.

Abuelas, madres, amigas o conocidas siempre tienen “fresquito” algún recuerdo sobre esos alimentos que devoraron sin mesura durante sus respectivos embarazos; y no necesariamente son comidas, así como he sabido de una adicta a las mandarinas también conocí a una fanática del hielo. Tampoco el momento es una limitante, pueden ocurrir a cualquier hora del día y en cualquier mes del embarazo.

Una de las grandes características de mi embarazo ha sido la ausencia de síntomas; así como no tuve náuseas ni mareos, tampoco he tenido algún antojo “mortal”. Eso sí, las comidas que me gustan me provocan siempre, especialmente la japonesa, mi favorita. También me pasa con mi vasito de leche antes de dormir, costumbre que tengo desde pequeña y, muy a mi pesar, no he podido continuarla gracias a la escasez actual de la rica bebida.

Tal vez algo parecido a los antojos han sido unas extrañas ganas de dulce que me atacan últimamente, y digo extrañas porque nunca he sentido debilidad por dulces ni chucherías -creo que jamás he comprado un chocolate-. Ahora cualquier cosa medio dulcita me provoca, especialmente cheesecake con fresa o arequipe, la terrina de chocolate y titiaro de Mokambo, galletitas de manzana y mucho té Lipton.

Hace unas noches sentí fuertes deseos de fresas con crema; tenía las fresas, pero sin crema no era lo mismo. Afortunadamente, mi adorable y consentidor esposo fue incapaz de dejarme con ese sufrimiento y rápidamente trajo el botín de la panadería. Problema resuelto.


Menos mal que no han sido muchos ni desesperantes los caprichos -sobre todo porque el aumento de peso pega en la columna y en las rodillas-, y hasta ahora las ganas de endulzarme han sido controlables.

...

Imagen: Disques (1913), Robert Delaunay. Los provocativos rolls de Delaunay siempre me abren el apetito.

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