21 enero 2014

¿Por qué Darth Vader se volvió malo, mamá?


Desde que Pablo se enamoró de Darth Vader and Son, supuse que sería complicado cuando descubriera que ese señor que viste de negro no es un padre ejemplar. Gracias al libro de Jeffrey Brown, el chico juraba que Vader y Luke tenían una hermosa relación -como la de él y su papá- y nosotros no nos atrevíamos a desmentirlo. Sin embargo, aun sin haber visto las películas, el entorno comenzó a soplarle que estaba ante a un villano.

"¿Por qué Darth Vader se volvió malo, mamá", me espetó un día. Debo decir que esa es una de las preguntas más difíciles que me han hecho. ¿Cómo explicarle a un niño de 5 años los motivos que pueden llevar a un hombre al lado oscuro?


A veces, hay personas que tienen todo, pero quieren más, quieren ser más poderosos, entonces hacen cosas malas para lograrlo. A veces, las personas están muy furiosas por cosas que les han pasado, están molestos con los demás, y eso los llena de maldad. Creo que eso fue lo que le pasó a Vader. 

―¡Hazme una historia de volverse malo, de querer ser más poderoso! ―respondió. Es usual que cuando le hablo de nuevos significados, me pida que le invente unas cuantas historias para contextualizar la explicación.

―A ver, Pablo. Imagínate que un día en el parque un niño te dice que te va a regalar muchos caramelos y chocolates, todos los que quieras, pero tienes que lastimar a un animal. ¿Aceptarías?

―No, no quiero. Hazme otra historia.

―Imagina que conoces a un señor y te dice que él vive en una casa donde hay muchos niños y todos hacen lo que quieran, comen chucherías solamente, juegan wii todo el día y se acuestan tarde, y no hay mamás que los regañen. Pero para poder vivir allí tienes que acompañarlos cuando vayan a molestar a los viejitos y a maltratar a los perritos, y...

―¡Un momento! ¡Yo tengo a mi mamá y mi casa, y no me voy con usted! ―interrumpió, indignado.

―Ves, Pablo, en momentos así, hay personas que dirían que sí aceptarían, como Vader.

―Yo no, mamá. Yo no soy malo y no quiero ser más poderoso. Ahora quiero ver las películas, ¿sí?

―Sí, claro. Te prometo que pronto vamos a verlas ―le dije, mientras, para mis adentros, admiraba la firmeza de sus respuestas y convicciones.

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