02 septiembre 2013

La vida a los cinco años


Pablo quiere hablar con los pájaros, decirles que no deben tener miedo que, si se acercan, las personas no les harán daño. Cuando lo haga, ellos se posarán en sus brazos y los podrá tocar y podrán jugar.

Le gusta cariñar. Si alguna vez me ve con cara de preocupación, se acerca a darme un beso o acariciarme para que me ponga bonita otra vez, "si das cariño eres más feliz".

Dice que los que gritan están locos, por eso es el Rey niño de los que no gritan.

También se declaró El dueño de las canciones y sus almuerzos deben ser musicalizados con temas en español.

No acepta gusanos ni cosas verdes en sus comidas ni que le diga que todos deben comer vegetales. "Hay personas a las que le gusta la ensalada y hay personas a las que no, mami".

Si se le olvida llevar un libro a sus paseos no hay problema: "Tu mano es un libro, mamá, y tu cabeza también. Allí puedes leer historias. Yo leo en mi cabeza".

Dice que un niño es alguien color carne con pelos cuyo cuerpo todavía no ha crecido, que duerme a las nueve y sueña a las once

Dice que una mamá es una muchacha bonita que trabaja en su computadora, escribe, hace actividades, pinta, lo cuida y lo quiere.

Está seguro de que él y Princesita serían buenos amigos.

Cuando sea grande tomará café. "La gente toma café, excepto los niños".

Cuando sea grande también quiere comprar flores para regalárselas a alguien, y luego casarse.

Le preocupa que sus padres se pongan viejitos cuando crezca. Tampoco quiere irse a vivir a otro lugar cuando sea un hombre. "Yo me quiero quedar contigo para siempre, mamá. Yo te voy a acompañar siempre". 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es inevitable enamorarse de Pablo.
Es un niño, pero se adivina en sus geniales conclusiones algo más que la inocencia, un genio que cada día brilla más.
Pablo es irrepetible y arrebatadoramente especial.

***

¡Gracias Pablo!... ¿por qué? por permitirme ver lo bonito y puro que aún queda en este mundo a través de tus ojos, cada vez que "te leo".