13 septiembre 2009

Anotaciones sueltas

Cuando abrí este espacio, más que una forma de documentar mi maternidad, lo hice pensando en que sería un regalo único para ese bebé que venía en camino. Sigo con la misma idea, aunque es poco lo que he compartido por acá últimamente. Creo que le debo unas líneas al agasajado sobre qué ha sido de nuestras vidas.

Siempre repito que no es nada fácil lo de trabajar en casa mientras te ocupas de un pequeño terremoto, especialmente si éste se ha propuesto como única misión impedirlo. Sí, el objetivo diario de Pablo es evitar que permanezca más de 5 minutos en mi silla de trabajo y se vale de tretas ruines para conseguirlo, como fingir que le pasa algo o desenchufar mi computadora. Y en eso pasamos el día: yo intentando escribir, él tratando de que me vaya con él.

Es mi compañero de andanzas, y eso se extiende a lo laboral. Así como empezó a frecuentar salas de redacción de revistas y agencias de publicidad desde que tenía pocos meses de vida; ahora me acompaña a reuniones de trabajo y a hacer entrevistas, y su vocecita suele ser música de fondo en esas conversaciones que luego transcribo desde el grabador. Gracias a sus encantos, en todas partes en bien recibido y siempre le ofrecen “instrumentos” para jugar y entretenerse mientras mami está ocupada –hojas, marcadores, lápices, computadoras-.

De Pablito puedo decir que es grande y fuerte, la mayoría de las personas le calculan más edad y sólo es un bebecito de poco más de año y medio. Tiene una sonrisa que cautiva, mira con picardía cuando le conviene y las niñitas se vuelven locas por él –también las no tan chicas-. Su estilista soy yo, y no sólo me encargo de encontrarle ropita que no sea la típica del carrito horrible de varoncito, también doy forma a su frondosa y suave cabellera… ¡y cada vez me queda mejor!

Llegó a los 18 meses sólo con 4 dientes y de un día para otro le salieron 4 más y 2 muelas; ahora luce una diminuta dentadura. Es fanático acérrimo de Backyardigans, le encantan los enrolladitos de pechuga de pavo y queso, salir a caminar, perseguir perros, los carros, sus Crocs rojos de Cars, pasar largos ratos en su bañera y darnos comidita imaginaria. Siente fascinación por teléfonos, teclados, iPods y cualquier otra cosa que tenga teclas.

Pablo es un niño muy cariñoso, pero también tiene mucho ímpetu y si se le mete algo en la cabeza, no descansa hasta lograrlo; así ha aprendido a abrir puertas, llegar solo al lavamanos, controlar televisores y DVD’s y poner sus películas cuando se le antoja. Sí, es muy independiente y no le teme a nada. A veces también es algo malcriado y hasta ha hecho sus nada gratos berrinches, consecuencia directa de ser tan consentido por todos. Tiene una capacidad de inventiva ilimitada y constante, cosa que, por momentos, me vuelve loca.

Todavía, cuando lo miro dormir, me embarga una sensación de irrealidad.

...

Imágenes: In The Hands of Love y Affection, dibujos de Chidi Okoye, artista nigeriano residenciado en Canadá

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