23 septiembre 2009

Agenda vacacional

Tratamos de aprovechar el tiempo al máximo en estas últimas semanas llevando a Pablo a sus lugares favoritos y presentándole otros que pensamos le gustarían. Una vez más, comprobamos que el sueño imprevisto puede echar por tierra la mejor de las planificaciones, como sucedió cuando visitamos el Baby Zoo y, aunque parecía despierto, casi no se dio cuenta de que estaba rodeado de animalitos de esos que disfruta perseguir. Pero los sueños inesperados también tienen su lado bueno y hemos aprendido a aprovecharlo, de manera que gracias a una siesta atravesada pudimos disfrutar muy tranquilamente de vino y fondue en el Ávila muy románticamente y sin tener que alternar los bocados con las carreras persiguiendo al pequeño.

Notamos que lo que nos parece poco agradable puede ser todo lo contrario para los chicos, como los "animales-moto" de Paseo El Hatillo; para mí fue, literalmente, encaramarme en un peluche gigante a regañadientes –y eso que busqué el más decentito- y él hasta pidió una segunda vuelta. Y aprendimos que en horarios adecuados, los centros comerciales pueden funcionar: las rampas del Boleita Center y las fuentes del CCCT enloquecen a Pablo.

Otro aprendizaje que nos ha quedado de estas vacaciones es que los padres somos capaces de hacer cualquier cosa –así sea cansona o fastidiosa- si sabemos que eso traerá consigo la respectiva resplandeciente sonrisa. Así, varios días cargamos piscina inflable, tobito, repelente, bloqueador, pañales para nadar, flotador y un perolero innumerable bajo el sol para que a Pablito no le faltara nada en la playa. Ah, también madrugamos y nos fuimos a hacer una fila bastante larga para retirar las entradas a un evento de Discovery Kids que era sumamente importante para él: estarían Doki, Mundi y Backyardigans.

Ayer cerramos las vacaciones corriendo por todo el Centro de Arte La Estancia, muy buena opción cuando se tiene a un explorador incansable, amante de la grama, hojas secas y flores: En días de semana no hay mucha gente y puedes dejarlo de su cuenta sin peligro de que se escape.

Tras un asueto de más de año y medio, mañana -mejor dicho, más tarde- empezamos una nueva etapa que, estoy segura, será tan interesante, enriquecedora y bonita como la que está por finalizar.
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Imagen: siesta a la orilla del mar, tomada por su padre

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