08 febrero 2009

Corte de pelo

Por allí he leído que cuando se tiene un hijo es inevitable despertar un montón de recuerdos de infancia que habían estado dormidos –casi desaparecidos- durante mucho tiempo, que de alguna forma añoramos esa etapa y que terminamos entendiendo tantas cosas antes no comprendíamos sobre nuestros padres y hasta nos acercamos más a ellos. Todo muy cierto, y día a día lo sigo comprobando.

Hace una semana decidimos dar un paso que habíamos estado postergando tácitamente: llevar a Pablo a la peluquería. Antes de continuar, debo decir que el pelero de Pablito es uno de sus rasgos característicos desde que nació; abundante, suave, brillante... con el tiempo creció tanto que cada mañana al despertar su "look" asemeja al de Christopher Walken. En fin, al día siguiente era su cumpleaños, así que, ¿qué mejor momento para hacerlo?

Confieso que tenía cierto temor, eso de imaginar unas tijeras tan cerca de Pablo y en manos de un extraño no me gustaba mucho. Sabía de una peluquería infantil llamada Peloquito y había visto que muchos padres que gustan de “raspar el coco” a sus bebés los llevaban allí. Entonces, si atendían a niños tan pequeños, el corte de Pablo no debía ser tan difícil. Allí lo llevamos.

Mi otro temor era un posible "show". Digamos que él es algo arisco y cuando no quiere que lo toquen puede ser muy irritable –especialmente si no conoce a la persona-. Me lo imaginaba saliendo con un lado de la cabeza con cabello corto y los rizos largos colgando del otro. Pero ese temor se disipó pronto: la chica que nos atendió fue muy amable, lo sentó en una silla y le trajo un juguete que lo distrajo. El corte fue súper rápido y lo hizo tal y como se lo pedimos: solo cortar la pollina (para que no se le meta en los ojos) y emparejarle los rizos de la parte de atrás (que eran larguísimos). Pablito se portó muy bien, quedó perfecto y hasta le dieron un certificado con un mechoncto y todo.

La noche siguiente, cuando nos quedamos solos después de la celebración del cumpleaños, me provocó ojear mi álbum de cuando era bebé. Entre los típicos “tiene mi boca” o “en ésta sale igualito a mí”, llegué a las fotos de mi primer cumpleaños. Allí salía yo, muy arregladita y sentadita al lado de mi torta. Y era evidente que un poco antes había dado un paseo por la peluquería.

1 comentario:

M. Bezara dijo...

Somos Peloquito Peluqueria Infantil. Queremos hacerte saber que leimos tu articulo en el cual haces mencion de lo importante que fue la experiencia en el primer corte de cabello de tu hijo. Nos alegramos de haber podido ser parte de esa vivencia especial. En nuestro objetivo.
Gracias de parte de todo nuestro equipo