El lazo mamá – bebé y su importancia es algo muy conocido por todos. Sean padres o no, la mayoría de las personas tiene una idea bastante clara de la fortaleza del nexo entre madre e hijo y de que éste comienza a formarse cuando el pequeño aun está en la barriga. Luego, al mirarlo desde el punto de vista materno lo notas más aun porque se hace tangible, en pocas palabras, lo vives. Pero estos meses de espera también he aprendido que el complemento de ese lazo lo da un tercer elemento: papá.
La relación entre papá y bebé también existe desde el mismo embarazo; los movimientos alborotados de Pablo al escuchar la voz de su papá independientemente de la hora que sea y sentir cómo se acurruca cuando siente su mano me lo confirman una y otra vez. Entre ellos también existe un lazo y ya hasta me imagino cómo será la relación entre ambos cuando la cría esté fuera de la panza –tomando en cuenta el sentido del humor de JJ y que serán dos varones contra una hembra-.
También pasa que el hecho de que exista este trío es algo que no sólo hace sentir feliz y seguro a Pablo, que cuenta con todo el cariño y atención de sus padres, sino a mi misma. Nada como tener a mi lado a alguien que esté pendiente de nosotros todo el tiempo, que se preocupa hasta por elegir una película que no sea tan fuerte para que no nos asustemos –Pablito y yo-, que pregunta si me tomé las vitaminas de la mañana o me “regaña” si no desayuno completo y que no deje pasar un día sin hablar con la barriga y hacerle sus respectivos cariños. Nada como saber que “él” está allí y que los tres viviremos juntos "el gran momento".
La relación entre papá y bebé también existe desde el mismo embarazo; los movimientos alborotados de Pablo al escuchar la voz de su papá independientemente de la hora que sea y sentir cómo se acurruca cuando siente su mano me lo confirman una y otra vez. Entre ellos también existe un lazo y ya hasta me imagino cómo será la relación entre ambos cuando la cría esté fuera de la panza –tomando en cuenta el sentido del humor de JJ y que serán dos varones contra una hembra-.
También pasa que el hecho de que exista este trío es algo que no sólo hace sentir feliz y seguro a Pablo, que cuenta con todo el cariño y atención de sus padres, sino a mi misma. Nada como tener a mi lado a alguien que esté pendiente de nosotros todo el tiempo, que se preocupa hasta por elegir una película que no sea tan fuerte para que no nos asustemos –Pablito y yo-, que pregunta si me tomé las vitaminas de la mañana o me “regaña” si no desayuno completo y que no deje pasar un día sin hablar con la barriga y hacerle sus respectivos cariños. Nada como saber que “él” está allí y que los tres viviremos juntos "el gran momento".
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La semana pasada papá trajo El Globo, una lámpara que escogió para el cuarto de su bebé. No puedo disimular mi emoción cada vez que la veo.