Cierro la ducha, el agua corre por el desagüe. “¡Shao agua!”.
Termina Backyardingans o La casa de Mickey, da igual, siempre es cordial. “Shao, nos vemos, hasta mañana”.
Andamos de la mano, nos topamos con un gato detrás de un árbol. Pablo lo saluda, maúlla y se despide: “¡Shao gato!”.
Visitamos a uno de sus amigos, un Golden que vive a una cuadra de casa. Conversan, “¡shao perro!”.
Vamos a la panadería, afuera hay una moto. La escudriña con la mirada, la toca, quiere abrazarla. Le tomo la mano, tenemos que seguir. “Shao moto”.
Entra una niña con unos zuecos parecidos a los suyos, pero de otro color. “¡Hola ne! ¡Zapato, zapato, zapato naranja!”. La niña se va, “¡shao zapato!”.
Termina Backyardingans o La casa de Mickey, da igual, siempre es cordial. “Shao, nos vemos, hasta mañana”.
Andamos de la mano, nos topamos con un gato detrás de un árbol. Pablo lo saluda, maúlla y se despide: “¡Shao gato!”.
Visitamos a uno de sus amigos, un Golden que vive a una cuadra de casa. Conversan, “¡shao perro!”.
Vamos a la panadería, afuera hay una moto. La escudriña con la mirada, la toca, quiere abrazarla. Le tomo la mano, tenemos que seguir. “Shao moto”.
Entra una niña con unos zuecos parecidos a los suyos, pero de otro color. “¡Hola ne! ¡Zapato, zapato, zapato naranja!”. La niña se va, “¡shao zapato!”.
Me acompaña durante el partido. Termina el primer tiempo: "¡shao fútbol!".
...
La pintura es del expresionista alemán August Macke: Mother and Child in The Park
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