Navidades en casa de la abuela. Pablo aguantó el sueño toda la noche, pero bastó la aparición de los regalos para que recuperara fuerzas. Un carrito -cortesía del Niño Jesús-, una mesita de juegos, un teléfono loco y su pequeño tocayo de Backyardigans lo emocionaron y acapararon su atención hasta pasada la medianoche. Él mismo se encargó de quitarles el envoltorio, mientras que para mamá y papá, él fue el mejor presente. He aquí una pequeña muestra.
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